Se acerca la Navidad y con ella,
las comidas y cenas familiares, las reuniones con amigos o de empresa alrededor
de una mesa llena de comida. Para muchos, esto supone un espanto, para otros
tantos, solo supone un horror subirse a la báscula el día 10 de enero.
Pues bien, aquí os dejo algunos
consejos a seguir para que en las reuniones navideñas no llevéis a cabo
ingestas copiosas de las que luego os vais a arrepentir. Y esto mismo lo podéis
aplicar en cualquier situación que se dé al cabo del año en la cual la comida
es la protagonista principal.
- En primer lugar, no os fiéis de los consejos que dan los medios de comunicación, blogs, revistas y que no procedan de un profesional (nutricionista).
- Reunirse con la familia, amigos y demás allegados…. Supone, en general, una alegría. Nos gusta compartir los alimentos con la gente que nos importa. Por eso, al sentarse en la mesa hay que tener una actitud positiva y aprovechar que podemos hablar con los demás y saborear platos que normalmente no consumimos. Es importante que comamos despacio, degustando el menú, hablando con la gente. Esto hará que nos sintamos saciados antes.
- Es mejor no repetir, es decir, no servirnos más de una vez del mismo plato. Si nos podemos servir nosotros mismos, tanto como si nos sirve la comida otra persona, es mejor que no vertamos demasiada comida en nuestro plato. Debemos optar por raciones pequeñas.
- Hay que evitar, dentro de lo posible, los alimentos demasiado grasos, las salsas y no debemos abusar de los dulces.
- Si tú vas a ser el encargado de preparar el menú de alguno de estos días, opta por maneras de cocinar más saludables, como cocidos, a la plancha, en lugar de fritos. Si elaboras caldos o sopas, deja que se enfríen para eliminar la grasa superficial que se pudiese haber formado.
- Procura acompañar las carnes y los pescados con ensalada, ya que sacia y apenas aporta calorías.
- En cuanto a los postres, procura elaborar postre con fruta o yogur. Es preferible el consumo de estos a la ingesta de polvorones, bombones, turrones….
- En las grandes comidas no solo se abusa de la ingesta de alimentos, también se toma más alcohol que de costumbre. Es recomendable tomar una copa de vino o de cerveza en las comidas (250 ml). Evita el alcohol de alta graduación. Por cada gramos de alcohol ingerido aportamos al cuerpo 7 kcal. Ten en cuenta que un gramo de grasa aporta 9 kcal y que un gramo de proteína o un gramo de hidratos de carbonos aporta 4 kcal.
- Evita el picoteo. Es recomendable hacer cinco comidas al día, pero teniendo en cuenta que las calorías que ingerimos en una sola toma, ya sea una comida o una cena navideña, son muy superiores a lo habitual, normalmente superan las de la comida y la merienda juntas, no pasa nada por obviar estas comidas, ya sean meriendas o medias mañanas.
- Tan importante como el control de lo que comemos es controlar el gasto energético de nuestro cuerpo, por eso, es preferible caminar o salir a bailar después de una comida o cena copiosa que quedarse en el sofá.
Sé que en los días festivos
llevar estas pautas a cabo es complicado, pero con fuerza de voluntad,
conseguiremos, en la medida de lo posible, cumplirlas. Por otro lado, se debe
tener en cuenta que, en realidad, de todas las fiestas navideñas, solo hay 5
días señalados, en lo que una ingesta abusiva pude tener lugar (Nochebuena,
Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, Reyes). Por eso, es importante que el resto de
los días procuremos tomar menos calorías de lo habitual. Para ello, debemos cuidar
aún más la preparación de los alimentos y los alimentos elegidos. Y, claro
está, aumentar el gasto energético mediante la realización de cualquier tipo de
actividad física, desde caminar a buen ritmo media hora al día, hasta correr,
nadar o patinar en las maravillosas pistas de hielo que ponen en la mayoría de
ciudades.
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