marzo 07, 2013

Isoflavonas de la soja ¿Es todo oro lo que reluce?


No creo que quede un solo habitante en España que no haya oído hablar de las isoflavonas de la soja. En función del tipo de habitante del cual se trate, prestará más o menos atención a la palabra isoflavonas. No es de extrañar que esta palabra capte la atención de las mujeres postmenopáusicas, pues las isoflavonas de la soja, un tipo de fitoestrógenos presentes en esta legumbre, se ha convertido en uno de los complementos alimenticios más recurridos para aliviar los síntomas asociados a la menopausia. Por ello, considero necesario aclarar qué son y cuales son sus beneficios, si existen, de las isoflavonas sobre la salud.



¿Qué alimentos contienen isoflavonas?


Las isoflavonas son un tipo de flavonoides con actividad estrogénica débil. Las isoflavonas, también conocidas como fitoestrógenos, pueden encontrarse en la naturaleza en sus formas libres (agliconas) o conjugadas. En los alimentos, las isoflavonas se encuentran conjugadas con hidratos de carbono dando lugar a los glucósidos, sin embargo, en los alimentos fermentados derivados de la soja (miso, tempeh, tamari), encontramos mayoritariamente las formas libres de las isoflavonas o agliconas. La forma en la que se presentan las isoflavonas en los alimentos es muy importante ya que en forma de aglicona se absorben con mayor facilidad.

Las isoflavonas están presentes mayoritariamente en las legumbres y la soja (y sus derivados) es la legumbre que se lleva la palma en este aspecto. Es importante señalar que el aceite de soja no contiene isoflavonas.
Otros alimentos que contienen isoflavonas aunque en una cantidad mucho menor son, además de las legumbres (lentejas, guisantes, judías blancas y garbanzos), las crucíferas (col y coliflor) y la cebada y las cervezas elaboradas con este cereal.




Efectos de las isoflavonas sobre la salud


Menopausia


Durante la menopausia la mujer sufre una serie de cambios importantes en su organismo que se materializan en sofocos, irritabilidad, insomnio, cambios bruscos de humor e, incluso, depresión. La Terapia Hormonal Sustitutiva (THS) que mitiga estos síntomas este contraindicada en algunos casos, por lo que que se ha encontrado en las isoflavonas de la soja una alternativa a este tratamiento.
Sin embargo, ¿son realmente eficaces las isoflavonas de la soja sobre las alteraciones menopáusicas?
Las evidencias epidemiológicas sugieren que el consumo de productos de soja está correlacionado con la mejora de los problemas asociados a la menopausia, sin embargo, está correlación solo se ha observado en estudios en cultivos celulares y animales de laboratorio. Los ensayos clínicos llevados a cabo en humanos, en cambio, arrojan resultados contradictorios. Esta divergencias entre los resultados de los diferentes estudios son consecuencia de las diferencias en las características y los métodos aplicados en los estudios. 
Solo podríamos asegurar que las isoflavonas son una alternativa eficaz y segura a la Terapia Hormonal Sustitutiva para tratar los sofocos.




Las mujeres postmenopáusicas, además de los citados síntomas, presentan una mayor prevalencia de osteoporosis. Los estrógenos, cuyos niveles disminuyen en mujeres menopáusicas, están implicados en el control de la renovación del hueso. Al disminuir los estrógenos, el proceso de destrucción del hueso más o menos envejecido por parte de unas células diseñadas para tal fin (osteoclastos) se acelera sin verse compensado por la creación de hueso nuevo con la misma celeridad. Como consecuencia, se produce una pérdida neta de masa ósea y una mayor predisposición hacia la osteoporosis, especialmente en aquellas mujeres que ya presenten una masa ósea reducida.
Los estudios científicos señalan que una ingesta de unos 82 mg de isoflavonas al día durante 6 a 12 meses aumenta de manera significativa la densidad mineral ósea de la columna, aunque estos resultados positivos no se detectan en otros huesos. Es importante destacar que el consumo medio de isoflavonas por la población europea se estima sea inferior a 1 mg/persona/día.

Otras patologías


Otro tanto ocurre con los estudios llevados a cabo en humanos en relación a los beneficios de la ingesta de isoflavonas sobre otras enfermedades crónicas.

Aunque se ha observado que en los países asiáticos, la incidencia de enfermedades cardiocasculares es menor como consecuencia de un mayor consumo de soja y una dieta con niveles más bajos en grasas saturadas que la occidental, no se sabe si los efectos hipocolesterolémicos se deben a la soja o a sus fitoestrógenos (las isoflavonas). Es por ello que la American Heart Association recomienda no consumir isoflavonas como suplementos sino que incita a consumir soja y sus derivados ya que podrían tener efectos beneficiosos para la salud cardiovascular como consecuencia de su alto contenido en grasa poliinsaturada, fibra, vitaminas y minerales.




También se han llevado a cabo numerosos estudios para averiguar si existe alguna relación entre el consumo de soja y una menor incidencia de diferentes tipo de cáncer.
La Sociedad Española de Ginecología y Fitoterapia, basándose en los resultados obtenidos en los diferentes estudios científicos, concluye que no hay datos suficientes que apoyen adecuadamente un efecto protector de las isoflavonas sobre el cáncer de mama. 
Del mismo modo, no se ha podido establecer una asociación directa entre el consumo de fitoestrógenos y el cáncer de endometrio.

Conclusión


Con este artículo no pretendo minar el consumo de soja ni de sus derivados, no me malinterpreten

La soja es una legumbre con un alto contenido en proteínas (40%), por encima de otras como las lentejas, los garbanzos o las alubias. Además, debido a su perfil en aminoácidos, la proteína de la soja es excelente, lo que la convierte en una proteína de alta calidad, equivalente a la proteína de origen animal. Gracias a su contenido proteico, su riqueza en fibra, vitaminas y minerales, la soja maravillosa alternativa a los alimentos proteicos de origen animal.

Pero si quiero remarcar que en el mercado existe un gran número de productos con isoflavonas, pero no todos son igual de buenos. Es importante leer el etiquetado del producto y comprobar la dosis real de estrógenos vegetales, ya que la dosis mínima eficaz para tratar los sofocos (si se ha evidenciado la eficacia de las isoflavonas para tratar los sofocos) es de 40 mg al día.

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